
Una mañana a principios de 1991, Eric Carr me llamó a mi casa, acababa de llegar de la oficina del doctor. “¿Qué pasa? Le dije.
“Comencé a escupir un poco de sangre, así que pensé en ir a chequearme,” dijo Eric.
“¿Todo está bien?”
“No sé, pero estoy en verdad preocupado. Me hicieron un tipo de exploración y encontraron un crecimiento con la forma de un dedo que entra y sale de mi corazón”
“¿Dijeron qué es?”
“Mencionaron que puede ser cáncer”
“Nah, no te preocupes,” le dije. “Todo siempre parece ser peor de lo que en realidad es. No hay razón para pensar que la peor opción es la que va a pasar. La probabilidad que sea algo serio es muy pequeña. Incluso si es cáncer, vas a atenderlo.”
Desafortunadamente, unos pocos días después Eric me llamó de nuevo. “Realmente es cáncer,” dijo.
Lo peor, era una extremadamente rara forma de cáncer. El número de casos de cáncer de corazón cada año son de un solo dígito. Pero yo todavía pensaba que todo iba a estar bien.
Eric salió de Los Ángeles para ir a un hospital en Nueva york, Gene y yo volamos ahí para estar con él durante su cirugía a corazón abierto. Hasta donde comprendí, quitaron parte de su corazón y luego lo reconstruyeron con lo que quedaba.
No mucho después, nos pidieron grabar “God Gave Rock ’n’ Roll to You” para la película Bill & Ted’s Bogus Journey, con Bob Ezrin en la producción, tratando de capturar algo de la magia de la era Destroyer y borrar el recuerdo de The Elder. Eric desesperadamente quería trabajar en la canción, pero aún estaba muy débil. “Tienes que poner atención a tu salud por ahora,” le dije “aun si esto significa recuperarte en una isla tropical o solamente descansar y enfocarte en ti mismo.”
Si hubiera sabido lo que sé ahora –nunca pensé que esta quizá sería su última oportunidad de tocar- lo habría dejado hacerlo, pero en ese entonces estaba seguro que iba a vencer los obstáculos. Así que Eric Singer tocó en esa sesión, aunque Eric Carr fue a Los Ángeles y se sentó tras la batería para la grabación del video. Había perdido todo su cabello por el tratamiento contra el cáncer y tuvo que usar una gran peluca para replicar su estilo natural. Tocó como un hombre poseído para el vdeo, duplicando las partes de Eric Singer en una sesión exhaustiva.
“God Gave Rock ’n’ Roll to You” resulto muy bien, y decidimos intentar hacer otro álbum con Bob Ezrin. Cuando Bob está en buena forma es difícil de superar, y creo que él quería demostrar algo –él también estaba avergonzado de The Elder- él quería ajustarse el cinturón y crear un álbum duro y de calidad. Hot In The Shade había sido una mezcolanza y era obvio que la banda estaba fragmentada. Si Gene se iba a volver a comprometer y volveríamos a hacer lo que hacemos bien, yo estaba a favor.
Le dijimos a Eric Carr que grabaríamos un álbum sin él. Le aseguramos que pagaríamos todas sus cuentas y mantendríamos su seguro. Le reiteré que en el gran esquema de las cosas, la banda importaba poco. Él tenía que enfocarse en hacer lo que fuera por estar bien, sin compromisos.
Bob trajo a varios bateristas para ensayar con nosotros cuando comenzamos a trabajar en Revenge. Tocamos un tiempo con Aynsley Dunbar, que ha hecho cosas con in Journey, Whitesnake, y el grupo de Jeff Beck, entre otros. Él era un gran baterista clásico inglés, pero simplemente no encajaba. En algún punto, trajimos de vuelta a Eric Singer. En cualquier cosa que estés trabajando, en una banda, en una fábrica, o en cualquier tipo de trabajo, tienes que trabajar junto a otras personas, esa conexión afecta la calidad general de la obra y su atmósfera. Como cosa del destino, Eric Singer encajaba perfectamente. Él realmente estaba reemplazando a Eric Carr en KISS (al menos por unos meses en el estudio de grabación).
A lo largo de esto, nunca consideré la posibilidad de que Eric Carr pudiera morir. Pensé que estaría débil mucho tiempo, que el status quo podría seguir y seguir. Así fue como me aislé y me protegí contra el peor de los casos.
Estaba equivocado.
Ese otoño de 1991, mientras trabajábamos en Los Ángeles, recibí una llamada de mi amigo Bob Held de Nueva York. Lo que estaba tratándome de decir era confuso, Eric Carr había sufrido un derrame. El cáncer se esparció a su cerebro. Lo encontraron en su apartamento tras una llamada el 911. Cuando el personal de emergencias se presentó, Eric estaba inconsciente, así que tomaron su agenda y llamaron al azar a alguien, que resultó ser Bob.
Pero a partir de ese momento, no pudimos obtener alguna información. Sus padres no me hablaban, yo llamaba a diario sin ningún resultado. No entendía por qué nadie quería hablar conmigo (o con Gene, en cualquier caso).
Unas pocas semanas después, el 24 de Noviembre de 1991, mi asistente me llamó, “Eric ha muerto.”
Llamé a Gene para darle la noticia.
Fue impactante, en parte porque no habíamos podido tener algo de información sobre su situación.
Gene y yo volamos a Nueva York para el funeral de Eric. Fue un funeral con ataúd abierto, lo cual fue horrible. El cuerpo en el ataúd, que sostenía un par de baquetas, no se parecía a Eric, no parecía un ser humano, se veía como un maniquí. La novia de Eric Carr, una Playmate de Playboy que había estado con él por muchos años, tomó por alguna razón brevemente las baquetas, y los dedos de Eric de movieron mientras lo hacía.
El aroma de las flores era abrumador, apenas se podía respirar. Pero yo también podía oler hostilidad a nuestro alrededor (la gente se erizaba ante nuestra presencia). Peter y Ace estaban ahí. Peter, que todo mundo sabía que estaba resentido y no le gustaba Eric, intentó decirme que Eric le llamaba todo el tiempo. Nada parecía tener sentido. La novia de Eric estaba también llena de ira contra mí y Gene. Resultó que Eric nos había pintado como los chicos malos, dijo que lo corrimos de la banda y no lo apoyamos, lo que simplemente no era verdad. Todos ahí tenían la impresión de que habíamos alejado a Eric, pero nosotros no lo alejamos, él mismo lo hizo una vez que le dijimos que grabaríamos Revenge. Yo no me sentía como el chico malo, y era extraño ser tratado de esa forma.
Durante el servicio, fue como si hubieran bajado el interruptor dentro de mí, y comencé a sollozar incontroladamente. Lloré hasta el cansancio.
Tras la muerte de Eric Carr, comencé a pasar mucho tiempo preguntándome si había manejado las cosas correctamente. A pesar de que había pensado que había tomado las mejores opciones hasta el momento, comencé a darme cuenta que estuve mal. Sacamos a Eric quizá de la peor manera, negándole lo que más le importaba, su lugar en KISS. Había olvidado eso mientras continuábamos haciendo todo lo que pensábamos que era importante. Todo lo que pensábamos, podíamos y debíamos hacer.
Estuvo mal alejar a Eric de lo que más amaba, lo que para él era su vida, KISS. Yo debí ver eso, ya que la banda era lo mismo para mí, y yo ni siquiera estaba enfermo.
Debí haber sabido.
—–Paul Stanley—–