
Hace 24 años, KISS comenzó su primera gira de despedida, justificando el retiro de los escenarios con una razón simple pero comprensible: el desgaste físico de portar su icónico maquillaje y vestimenta. Gene Simmons y Paul Stanley, las dos cabezas visibles de la banda, explicaron en numerosas entrevistas que, con el paso del tiempo, el acto de subirse al escenario con sus pesadas botas de plataforma y el maquillaje característico era agotador. «No podemos hacer esto toda la vida», decían, señalando que el esfuerzo físico exigido por su estética era demasiado para mantener indefinidamente.
Sorprendentemente, esta misma reflexión ha resonado más allá del ámbito musical, llegando a influir en la gran pantalla. En una reciente entrevista con USA Today, el actor Joaquin Phoenix reveló que esta visión de KISS fue una de las inspiraciones detrás de la secuela de Joker, Folie à Deux.
«¿Alguna vez pensaste en Gene Simmons de KISS?», comentó Phoenix en la entrevista. «Cuando cuatro chicos de 20 años se están pintando la cara, poniéndose zapatos de plataforma, todo es rock ‘n’ roll. ¿Pero qué pasa cuando tienes 40 años y dices, ‘Ya no quiero ponerme el maquillaje’? Simplemente empecé a reírme de eso. Todd [Phillips] y yo estábamos como, tal vez ese sea el comienzo de algo», añadió, refiriéndose al director de la película.
Este curioso paralelismo entre el desgaste físico y emocional de los miembros de KISS y el complejo desarrollo psicológico de Arthur Fleck, el personaje de Phoenix, resalta cómo las historias del rock y el cine pueden entrelazarse de manera inesperada. Mientras KISS se preparaba para decir adiós a una era de maquillaje y espectáculo, Phoenix encontró en esa lucha una chispa para continuar dando vida al perturbador universo de Joker.
Lo que empezó como una broma o reflexión casual terminó convirtiéndose en una pieza clave en la construcción de la secuela, demostrando que las grandes ideas pueden surgir de lugares tan inesperados como el rock de los 70.